viernes, septiembre 9

El Negro tras de la Oreja

¡Wao! Esta poesía me remonta a los mejores años de mi vida la secundaria. Pertenece al poeta dominicano Juan Antonio Alix y debo confesar que me enamoré de ella desde la primera estrofa. La primera vez que la leí tenía 14 años, cursaba el 2do. de secundaria y a un grupo de 7 amigas nos tocó recitarla personalizandola con una coreografía lo cual permitió que quedara plasmada en mi memoria para toda la vida.

En un momento de recuerdos decidí buscarla para compartirla con ustedes, espero les guste tanto como a mi porque aunque a algunos no les guste todos tenemos, aunque sea remachado, El negro tras la oreja.







Como hoy la preocupación a mas de una gente abruma.

Empleare mi débil pluma para darle una lección;

Pues esto en nuestra nación ni buen resultado deja

“Eso era en la España vieja según desde chico escucho,

Pero hoy abunda mucho “el negro tras de la oreja''.


Todo aquel que es blanco fino jamas se fija en blancura,

y el que no es de sangre pura por ser blanco pierde el tino.

Si hay baile en algún casino alguno siempre se queja,

Pues a la blanca aconseja que no bailen con negrillo;

Teniendo aunque es amarillo, “El negro tras de la oreja".


Falta así a la obligación negarse una señorita

a bailar cuando la invita, sea quien sea en el salón.

El que tiene invitación ninguna sospecha deja

De que sea mala pareja, pues allí lo han invitado,

Aunque tenga remachado “El Negro tras de la oreja”.


El blanco que tuvo abuela tan prieta como el carbón,

Nunca de ella hace mención aunque le peguen candela.

Y a la tía doña habichuela, como que era blanca vieja

De mentarla nunca deja; para dar a comprender,

Que nunca puede tener “El Negro tras de la Oreja”.


De la parienta fulana el pelo siempre se mienta;

Pero nunca la pimienta de la tía sutana.

Por ser muy blanco se afana y del negro hasta se aleja,

Nublando siempre una ceja cuando aquel hablarle viene,

Por que se cree que no tiene “El negro Tras de la Oreja”.


Ahora la gente dique llaman a los preocupados

Los biscochuelos lustrados con melado de alambique.

Y por Dios que causa pique creer que hay gente... coneja

Cuando no hay persona vieja que ya no haya contado

De aquel que tiene pegado “El Negro Tras de la Oreja”.


En el que se crea preocupado que se largue allá a la Habana,

que en tierra Dominicana no les da buen resultado.

Y el biscochuelo lustrado aunque sea con miel de abeja,

No dé motivo de queja que todo esto es tontería,

Pues está a la moda hoy día “El Negro Tras de la Oreja”.